jueves, 28 de septiembre de 2017

En otras vidas

Despertar en otro continente 
en un piso totalmente nuevo, 
despertar en un lugar de color marrón
un lugar lleno de sol. 

Conocerte fue el regalo del universo, 
en otras vidas ya nos conocíamos 
esa sensación de ver en tus ojos
un pasado que no existe. 

Ese reflejo de color verde en tus ojos 
que alumbraba mi camino 
los días que viví en Murcia, 
las noches que tu sonrisa me confortaba.

Compartir contigo mis sueños 
mis frustraciones y mis ganas de vivir, 
compartir contigo una cerveza, 
una película, un libro y un beso. 

Besos con sabor a un pasado inexistente
besos con sabor a un futuro incierto, 
miradas y sonrisas que me dicen 
que el universo quería que nos conociéramos.  



miércoles, 27 de septiembre de 2017

Ni una efervescencia

Hay momentos en los que encontras toda una vida
Con una imagen, recordas a esa persona
Y llegan a ti aquellas maravillosas ilusiones
Y una sonrisa se dibuja en tu rostro.

Y es más emocionante cuando encuentras
Ese algo que evoca a esa persona
Y ya no hay tristeza ni añoranza
Ya solo queda un cariño especial.

Encuentras una foto, una tarjeta o un cuaderno
Que ya no causan ni una efervescencia en tu sangre,
Al contrario la paz llegó a tu vida.

Ahora mi brújula sigue a su norte. 







viernes, 18 de agosto de 2017

Poema de Manuel José Arce / Yo no quisiera ser de aquí

Hoy comparto un poema de Manuel José Arce, me dejó admirada que ahora también vuelve ese sentimiento de inseguridad que el vivía al escribirlo. 


YO NO QUISIERA SER DE AQUÍ 
Yo no quisiera ser de aquí,
Amo, con todo lo que soy, este suelo y su gente.
Por eso mismo, sufro de manera atroz.

Por eso mismo, me duele hasta el aire que pasa.
Por eso mismo, no quisiera estar aquí.
No quisiera amar tanto a este país, a esta gente.
El amor se me transforma en dolor. Y eso no es justo.
El amor ha sido siempre alegre, constructivo, sinónimo de felicidad y optimismo.
Yo amo a mi país. Y es un amor triste, impotente, infeliz, que me duele,
que todos los días tiene nuevas llagas, que siempre está más y más crucificado.
Veo su mapa cercenado, una y otra vez.
Veo su historia de burlas crueles, sangrientas.
Veo su geografía amenazada por el planeta.
Veo a sus moradores misérrimos, ignorantes, enfermos, raquíticos, hambrientos.
Veo su suelo ubérrimo, inúltimente ubérrimo, para la mayor parte de sus habitantes.
Veo su violencia, progresiva, galopante.
Veo, siento, vivo su tragedia incesante. Y me duele.
Me duele tanto como me duele decir: "Yo no quisiera ser de aquí", 
"yo no quisiera ser de aquí".
Porque ser de aquí es una enfermedad incurable. Uno se va, y entonces la nostalgia.
Uno se va, pero las noticias lo persiguen, 
los ojos buscan siempre un algo de aquí, la distancia castiga.
Uno se va. Pero aunque se vaya, no se va: uno anda llevando su Guatemala adentro, 
como un amado cáncer, como una idea fija, como un verde corazón que siempre 
duele al palpitar y que palpita siempre.

Yo no quisiera ser de aquí. Yo no quisiera ser de aquí.
Y aunque me duele el dolor del mundo, perdóneseme, 
pero me duelen menos otros países que éste.

Me voy a veces. Me meto en un libro y me voy.
Tomo un pasaje de canción o recuerdo y me voy.
Escribo una carta, me meto con ella en el sobre, me pongo en el correo y me voy.
Pero dura muy poco mi viaje: desde adentro de mí mismo este país
-éste pequeño  y cruel país-, se me hace presente, me sangra, me duele.
Cuánto amor en el dolor. Cuánto dolor en el amor.
Qué dura eres, Guatemala.

El título del poema no me gusta, he dejado en negrillas lo que a mí más me ha gustado ¿a ustedes qué línea les llega al sentimiento hacia Guatemala?