Ayer una pantera herida
Vino a mi llorando
No estaba herida de muerte
Pero si le veía la mirada triste.
La pantera me dijo al oido
Que ya no podía seguir caminando,
se le habían acabado las fuerzas
se le habían acabado las fuerzas
la herida era profunda y sentía
Que ya no podía respirar.
Por la mañana la pantera regreso a su selva
Decidió esconderse para que no la vieran llorar.
Se ha ido sin voltear a ver lo que deja atrás.
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