He de tomar el barco
que ha llegado a mi puerto
y no voy a naufragar
Esta etapa
en la que aprendí a nadar
entre mis lágrimas
me volvió profesional
en el agua salada.
Dejo de ser
náufraga
en la vida y
abordó el barco
de la trascendencia.
Aprendí a nadar
por tus besos,
por tus caricias,
por tus palabras...
Aprendí a nadar
y ahora soy
del mar y
del agua salada.
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