lunes, 12 de septiembre de 2011


Nunca nos importó si era de mañana, 
si era un atardecer o si era de noche...
la pasión siempre encendía en nosotros 
una fuerza interior, que hacia olvidar 
el tiempo, el lugar y más que eso el mundo. 

No creo que alguien te dejé ser 
un investigador en su cuerpo... 
no encontrarás la mujer que permita 
que dibujes su figura en tu cama...
no existe quien te haga sentir la pasión 
que juntos creábamos cada noche...

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