sábado, 28 de marzo de 2015

Despedirse nunca es fácil, menos cuando la persona que se marcha ha sido parte de nuestra vida por varios años, cuando te vi por primera vez recuerdo llevabas un pantalón de cuadros, un poco despeinado como es tu estilo creo y una sonrisa sincera. Cada día que ha pasado desde ese día se volvió parte de nuestra vida, la primera vez que salimos, el primer viaje juntos, cada momento que compartimos fue tan solo un regalo que la vida me daba al traerte a mi espacio.

Con el tiempo nos volvimos inseparables, hasta reconocíamos cuando alguno de los dos no estaba de humor o cuando solo quería pasar el tiempo en compañía uno del otro. Recuerdo nuestros primeros cumpleaños y nuestros momentos de enojo, en los que ser sinceros era mejor aún cuando sabíamos que nos molestabamos por unas horas porque yo recuerdo que no nos hemos enojado por más de horas.

Se que vos y yo tenemos muchas diferencias culturales, sociales, ideológicas, religiosas y muchas más pero en esas diferencias hemos sabido encontrarnos uno al otro, aún es muy poco tiempo el que ha pasado desde que te fuiste pero para mi cada día es una eternidad sin poder tener una llamada al alcance.

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