A la Mary

Muchas veces he visto
tus pies cansados

tu mirada triste
tu sonrisa

tus lágrimas.

Has sido ejemplo
 de trabajo,
de fé
de lucha y de amor.

Cuando pienso en fortaleza 

siempre pienso en vos; 

cuando siento dudas 

te veo diciendome que todo 

lo que me proponga lo puedo hacer. 

Hemos caminado juntas
por casi 30 años 

he aprendido de tu silencio, 

de tu sinceridad y de tu amor. 

Yo no recuerdo el día que nací, 

no recuerdo cuando me enseñaste hablar, 

cuando me enseñaste a caminar

pero lo que me queda claro 

es que siempre sos vos
la que me ha hecho ser lo que soy. 

Mary gracias por ser mi mamá 

por entender mis berrinches 

por saber cuando dejarme volar sola 

y por demostrarme que siempre 

podemos superar las contrariedades 

de nuestra vida.

Gracias por no dejarte vencer nunca!!!