lunes, 6 de agosto de 2012

NADAR Y NO NAUFRAGAR


He de tomar el barco
que ha llegado a mi puerto
y no voy a naufragar

Esta etapa 
en la que aprendí a nadar 
entre mis lágrimas
me volvió profesional
en el agua salada. 

Dejo de ser
 náufraga 
en la vida y 
abordó el barco 
de la trascendencia.  

Aprendí a nadar 
por tus besos,
 por tus caricias, 
por tus palabras... 

Aprendí a nadar 
y ahora soy 
del mar y 
del agua salada.


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